El espectáculo utiliza como telón de fondo el Mito del Andrógino, extraído de El Banquete del filósofo griego Platón, para así llegar al cuestionamiento sobre nuestra inquietante búsqueda del amor.

Es de la naturaleza humana buscar en otra persona aquello que sentimos que nos falta, proyectando en el otro la necesidad de sentirnos completos. Y es precisamente de esta característica humana que trata el Mito del Andrógino: seres completos y casi perfectos que, partidos por la mitad por los dioses y sintiéndose mutilados, vagan durante toda la vida en busca de su otra mitad.

Pero, ¿realmente necesitamos a otra persona para sentirnos felices y completos? ¿Es el amor romántico la solución a nuestra inquietud? ¿Es amando y siendo amados por alguien más que alcanzaremos la plenitud de nosotros mismos? Estos son algunos de los cuestionamientos planteados por el espectáculo. Para nosotros, el amor es mucho más grande y va mucho más allá de la necesidad de fundirse con otro. Solo nos sentiremos verdaderamente plenos cuando encontremos dentro de nosotros aquello que buscamos. Y así podremos amar de verdad, en su forma más auténtica, y convertirnos en seres autosatisfechos y completos.

Y es a través de encuentros transitorios y meros deleites que el espectáculo intenta construir el verdadero significado de sentirse pleno.